La FIS (Fairy Investigation Society) organización dedicada al estudio de las hadas y seres similares, recibió recientemente una nueva historia, breve pero muy interesante, para su proyecto de censo global sobre avistamientos a lo largo del mundo con hadas y seres feéricos.
Los nombres de los protagonistas quedan en el anonimato.
Mi mejor amiga y
yo cuando teníamos 8 años fuimos al campo para participar en una barbacoa
familiar. Recuerdo bien que fue en otoño. Decidimos adentrarnos en el bosque al
atardecer, el cual se encontraba en la parte posterior de la casa en donde estábamos,
nos pudimos percatar que muchos otros chicos también jugaban adentrándose en el
bosque y decidimos hacerlo nosotros también. Vagamos durante unos 3 minutos
aproximadamente cuando nos encontramos con un anillo de setas. Recordé las
viejas leyendas que vinculan a este tipo de fenómeno natural con las hadas,
decidimos ingresar en él y comenzamos a bailar.
Jugamos de esta
forma por un par de minutos, luego cuando terminamos nos dispusimos a seguir
nuestro camino y pudimos presenciar como el cielo repentinamente pasó de un
color rojo carmesí a quedar completamente negro. Pudimos escuchar en la lejanía
nuestros nombres, eran nuestras familias que nos llamaban. Fue en ese momento
cuando nos percatamos que no habían pasado minutos como nosotros pensábamos, habían
pasado horas y nuestras familias fueron incapaces de encontrarnos a pesar de
que nos intentaban localizar con la ayuda de un perro cazador el cual se extravió
en el bosque y no pudo seguirnos el rastro.
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