Recojo esta teoría publicada hace alrededor de año y medio en el que se trata la parte más feérica del ámbito criptozoológico por decirlo de alguna forma. Se muestran al menos tres pruebas o razones de por qué algunos hombres salvajes podrían realmente ser trolls.
Cierto es que muchos Bigfoots y seres similares son esquivos, no se consigue dar certeramente con ellos, como si se movieran en otro plano sutil y paralelo. Esto ha servido para encontrar la teoría de que realmente estamos ante un ser feérico como lo puede ser el troll. Dando argumentaciones como el "juego del engaño" que se puede ver en el punto dos y que es tan característico de estos seres estudiados por la elficología, además de su ya conocida existencia no solo física, sino también etérea.
Si bien es cierto que sería erróneo ver este asunto desde un punto de vista unidireccional en el que se pensara que todo hombre salvaje pudiera ser un troll. Desde Elficología en España dejamos claro la pluralidad de teorías y orígenes, pensando que habrá hombres salvajes que puedan responder a fenomenología feérica, como los puede haber que tengan más punto de unión con la Criptozoología y sus diversas teorías sobre hombre de Neandertal, linaje diferente al humano, etc.
Lo que sí está claro es que nos encontramos ante otro punto de unión de dos disciplinas apasionantes: La Criptozoología y la Elficología. Que cada cual saque sus conclusiones.
¿Podría el Bigfoot ser la inspiración que hay detrás del folklore relacionado con los trolls? ¿O son los bigfoots en realidad trolls? En este artículo se enumeran las razones por las que los bigfoots pueden ser realmente trolls.
1. Los trolls son seres “borrosos”: un troll no puede ser claramente fotografiado.
¿Alguna vez te preguntaste por qué todas las fotos del Bigfoot están borrosas? El hecho de que todos los vídeos y fotos de Bigfoot sean difíciles de ver o sean poco claras refuerza este concepto.
2. La evidencia físicas de los trolls desaparecen.
¿Por qué no tenemos ningún ADN de Bigfoot? Las pruebas físicas de trol están también generalmente en nuestras mentes. Lo que parece como una prueba, más tarde resulta ser una ilusión. Por ejemplo, supongamos que tenemos la suerte de conseguir una muestra de cabello de un troll. A la mañana siguiente podríamos descubrir que el cabello que guardamos en nuestra mochila resultó ser una paja en su lugar. En los cuentos de los trolls hablan con frecuencia de la conversión del oro en piedra, es algo que desde mucho tiempo ha estado presente en el folclore, haciendo un paralelismo con esas “ilusiorias pruebas”. Así como nuestra percepción de un troll está a mitad de camino en nuestra imaginación, sería nuestra percepción de las pruebas recogidas durante un encuentro también parte de esa imaginación.
3. Los Trolls desaparecen sin dejar rastro.
Los cazadores del Bigfoot han rastreado las huellas sólo para descubrir que estas tienen un punto inexplicable. De repente no hay nada como si este hombre mono/gigante simplemente desapareciera. ¿Cómo puede una criatura de 360 kilos caminar sin dejar huellas? Este carácter esquivo es la seña de identidad de un troll. Los trolls se pueden desmaterializar. Los Trolls coexisten en nuestro mundo, pero en otro plano más sutil a su vez. Lo que les lleva a los trolls a interaccionar con los humanos es desconocido, el contacto dura poco en el tiempo. Esto explica por qué nunca podemos encontrar un Bigfoot, pero ellos sí nos pueden encontrar.
El artículo completo y más detallado se puede leer aquí (en inglés)
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