En Islandia, el 62 % de la población cree en la existencia
de elfos, duendes, hadas y otros espíritus de la naturaleza.
Algunos pretenden comunicarse con ellos, y defender sus intereses. En 2013, la
construcción de una autopista que comunicaba la península de Alftanes a las
afueras de Reykjavík fue suspendida por una demanda de los defensores de los
elfos que se asociaron con los ecologistas. La asociación Amigos de la Lava
temía que los trabajos amenazaran el medio ambiente de estas pequeñas criaturas.
Después de meses de negociaciones, se ha decidido que una
roca de 70 toneladas sería desplazada. Según las leyendas islandesas, esta roca
es una iglesia de elfos y albergaría numerosas criaturas. El "peñasco
mágico" deberá ser desplazado por la
administración islandesa bajo la vigilancia de Ragnhildur Jónsdóttir que es la
portavoz de los elfos en esta materia. Ella también pretende que numerosos
elfos estén presentes para vigilar el desplazamiento de esta piedra.
La existencia de Amigos de la Lava puede prestarse a broma, sin
embargo no es un fenómeno aislado en Islandia.
Teniendo por costumbre en responder a las demandas de este género, la autoridad
encargada de los caminos y de las costas elaboró una respuesta totalmente lista
para los medios de comunicación: "Hemos resuelto el problema postergando la
construcción del proyecto para dejar que los elfos tengan tiempo de mudarse”.
Esto pone de manifiesto que la administración Islandesa también está
influenciada por los temas místicos.
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