Es cierto que, a diferencia de
las Islas Británicas o Islandia, en España no nos llegan con tanta frecuencia
historias de avistamientos de la “gente pequeña”. Sin embargo, aunque no tan
frecuentes como en otras latitudes, haberlos los hay. Un curiosísimo caso es el
que a continuación cuento y donde se puede ver esa conexión y paralelismo entre
el fenómeno OVNI y los seres elementales de la naturaleza.
Los gnomos o enanos de Villares
del Saz
El 1 de julio de 1953, en el
pequeño pueblo de Villares del Saz (Cuenca) un joven pastor Máximo Muñoz
Hernaiz de 13 años se encontró también con unos pequeños tripulantes de un
OVNI. Máximo estaba cuidando un rebaño de vacas, sobre las 14:00 horas, escuchó
tras de él, una especie de silbido. Máximo se dio la vuelta, y
sorprendentemente, a unos 4 metros de donde él se encontraba vio lo que él
mismo describió como, como una «tinaja con cuatro patas» de color amarillo.
La pequeña nave tenía aproximadamente
1,30 metros de altura por 30 cm de ancho, de ella salieron 3 criaturas de unos
70 cm de altura, a través de una puerta que había en la parte superior de la
tinaja. Los seres, una especie de gnomos o tietes como allí se los llamaba,
tenían la tez amarilla, los ojos rasgados y vestían un mono azulado, brillante,
y en la cabeza llevaban unas “gorras” con las viseras chatas. Los duendecillos-aliens
hablaban en un idioma incomprensible y lo más curioso de todo es que el pastor
recibió una cachetada suave por parte de una de estas criaturas con una mano
gélida y brillante según cuenta el testigo.
A continuación, estos curiosos
enanos, se encaramaron al interior del artefacto a modo de saltos. Máximo se
fijó en que los pequeños humanoides tenían en su brazo derecho una chapa redondeada
que desconocemos de qué se trataría o qué representaría. Tras un fuerte silbido,
la tinaja ascendió, mientras que este joven pastor, quedaba estupefacto. El
comandante del puesto de la Guardia Civil fue al lugar del incidente, y encontró
4 huellas de unos 5 cm de profundidad, y 2´5 cm de diámetro. Las huellas
formaban un cuadrado perfecto de 36 cm de lado. Según cuentan los
investigadores, aquella noche hubo más testigos que vieron un objeto de pequeño
tamaño.
Es sin duda uno de nuestros casos
“estrellas” que aúna el fenómeno OVNI con seres que podrían ser catalogados
como gnomos, enanos, duendes desde la elficología.
¿Provienen algunos seres elementales de otros
planetas?
¿Qué nos falta para recomponer
ese puzzle entre espíritus de la naturaleza y objetos voladores no identificados?
Todo está por descubrir
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