A continuación dejo un texto elaborado por mí mismo, sobre cómo se debe vivir a mi parecer la magia y el mundo de lo maravilloso y lo inaudito.
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Hay un enorme
detalle que debe ser tomado como algo sagrado, es el no solo leer la magia,
sino también vivirla. Establecer lo feérico como un desarrollo del día a día,
exprimirlo, saborearlo, rebañarlo, vivirlo profundamente.
La magia queda
muy bonita en los libros y grimorios de los diferentes estudiosos de la
materia, pero más bonita queda establecerla como esencia y naturaleza de
nuestra vida cotidiana.
Recorriendo
los paisajes y pasajes de los seres mitológicos americanos, pasando por la
vieja y rica Europa que cuenta con el mayor bastión de seres elficológicos y
sentir vivo de lo feérico, continuando por el continente de ébano, África,
surcando Oriente para recorrer los djinn árabes, hasta los yõkai japoneses y
culminando con las criaturas del folclore de la lejana Oceanía. El mundo de lo
feérico no tiene fronteras, se extiende a lo ancho y largo de todo el planeta y
está presente en todas las culturas, contando con infinidad de seres y criaturas
de todo tipo y características que hacen de ello un patrimonio vivo de las
antiguas formas y la reconexión con la naturaleza.
Mi intención
es establecer la magia como filosofía de vida, como accionar y vivencia
cotidiana:
Celebración de
la Navidad en su sentido pagano con su variedad de duendes y personajes
navideños, la festividad de Yule, las hadas del invierno. El solsticio
veraniego como tiempo de rituales y reconexión con las hadas doradas y
estivales. Los espíritus del tiempo lluvioso y la niebla en el melancólico
otoño, las “reinas de Mayo” hadas primaverales que redecoran el paisaje con
flores y actividad animal en los bosques…
Además se
trata de vivir esta magia en lugares físicos con encanto que se encuentran en
nuestro planeta y pasan desapercibidos por muchos bohemios y trotamundos que
prefieren destinos más exóticos y comerciales. Nos encontramos con el Franco
Condado en Francia, región de la bonne fée Tante Arie, la Bretaña Francesa,
tierra celta habitada por duendes locales como los korrigans, las Ardenas,
extensa masa forestal con gnomos llamados nutons, tenemos a la bella región de
Escandinavia con sus trolls, tomtes y nisses. Genios que velan por el bienestar
del hogar y la protección de desvanes y graneros, las Islas Británicas con su
legado importantísimo para aprender a vivir la magia, nuestra Centroeuropa con
los diferentes gnomos alpinos y montañeros…
Los duendes
latinoamericanos menos conocidos pero interesantísimos, muchos de ellos los
podemos encontrar junto a otras criaturas en la Amazonia. La enorme cantidad de
gente pequeña de los pueblos indígenas de Norteamérica, los ya mencionados
seres feéricos árabes y asiáticos…
Hay que contar
con que en la Naturaleza aparte de existir una gran variedad de plantas y
animales, también existe toda una "fauna" feérica. Hay que establecer
e ir introduciendo el concepto de la tríada: Fauna-Flora-Feéricos
Es obligación
para el bienestar personal, global y espiritual vivir tanta complejidad de
criaturas, regiones, bosques, landas y praderas que podemos encontrar como
morada de tan cantidad de leyendas, mitos y vivo folclore.
Olvidemos todo
lo aprendido. Dejemos de obedecer. Comencemos a soñar. Vida mágica.
Tomte Escandinavo |
Pillywiggins Británicas |
Tante Arie del Franco Condado |
Gran artículo!
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