España cuenta con una gran variedad de personajes mitológicos/elficológicos que por lo general son poco conocidos. En esta ocasión os presento a un curioso duende de los bosques Cántabros: El Trenti. Que disfrutéis.
El Trenti es un duende de los bosques, por ello pasa desapercibido entre la vegetación, lleva por vestido una túnica de hojas de castaño y musgo que se confunde perfectamente con el entorno, lleva hebillas de plata, zapatines de pieles de animales y un leve tintineo, como de gotas de lluvia que siempre se oye cuando se mueve. Se alimenta de panojas y endrinas y bebe leche, pero no agua, que es veneno para él.
Es muy parecido al Trastolillo, pues es pequeñuco, tiene la cara muy negra y los ojos verdes, y no se queda atrás en lo de picaruelo y bribón, pero el Trenti, en cambio, no entra en las casas, pues es un duende del bosque. En verano, duerme entre la maleza fresca al pie de los árboles y en invierno, se refugia en las hondonadas. Es muy bromista y le divierte esconderse en los bardales al oscurecer para tirar de las faldas a las muchachas, pellizcándolas en las pantorrillas. Feliz con sus travesuras, luego escapa zarzas adentro, dando un par de volteretas.
Su entretenimiento favorito es tomar el pelo a los Montañeses que aciertan a cruzársele por los montes de Cantabria.
El trenti a diferencia de los trasgus, suele ayudar al hombre sin que lo sepa, siendo particularmente bueno con los niños. Cuando alguien pierde algo, se entonaba una cancioncilla y el trenti solía hallar lo perdido.
Siempre deseando agradar, ayudan a las ancianas que no pueden valerse y a los pastores que pierden el ganado tras la tormenta o las fechorías del ojáncano.
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